lunes, 10 de octubre de 2016

El peso de nuestra historia





Si te pido que me hables de tu  historia, tal vez te preguntarías  ¿Que parte de ella?

Todos tenemos diferentes vivencias. Algunas las  consideramos agradables, otras desagradables y a veces también por diversos motivos permitimos que afecten nuestras vidas definiendo nuestro pasado, presente y futuro.

Como la  chica que conocí  que se negaba a tener pareja debido a las infidelidades de sus padres, la persona que era incapaz de conseguir un buen empleo debido a que su madre le repetía constantemente durante su crecimiento que no era buena en nada, el hombre que se sentía constantemente rechazado porque fue dado en adopción durante su nacimiento, la mujer que no podía confiar en los hombres a causa de una decepción del pasado y terminaba siempre en relaciones donde resultaba  engañada o la vez que yo misma terminé resintiendo mi salud por no  soltar un evento traumático de mi vida.

Muchas veces no somos consientes de cuanta energía dedicamos a fin de sostener ciertas historias con  las que, por alguna razón decidimos cargar. Hablando de ellas, quejándonos, tomando pretextos por ellas, sintiéndonos victimas,  insistiendo en  ocultarlas, intentando perdonándolas, cambiarlas o superarlas.

Te quiero pedir que tomes unos  minutos para permitirte pensar en cuales experiencias te resultan pesadas, algo que sientas que has cargado por días, meses o años que pueda estar afectando tu vida presente, alguna situación  indeseada que se repite una y otra vez, algún evento que de pronto te hace preguntarte ¿Qué sería de mí sin esta historia? ¿Qué estaría haciendo si no hubiese sido maltratado? ¿Qué sería de mí si no hubiese hecho esto o aquello? ¿Qué estaría haciendo si no hubiese nacido  en ciertas condiciones económicas? ¿Cómo me sentiría si pudiese perdonar?

Todo aquello que nos bloquea e impide que avancemos al lugar donde queremos estar puede estar relacionado con una historia que  no hemos soltado.

Si lo pensamos detenidamente nos han enseñado que nuestra historia es lo que somos, nos han contado que nuestras experiencias nos definen. Quedamos tanto tiempo invirtiendo energía en ellas, que en ocasiones pasamos por alto nuestra responsabilidad y capacidad para influir y en ese momento se hace presente el hecho de que nuestra vida no es lo que hemos vivido, si no, el modo en que la contamos a los demás y a nosotros mismos.

De hecho dos personas pueden hallarse en la misma situación y aún así pueden relatar de forma diferente el mismo acontecimiento. En definitiva, dependiendo del modo en que hables contigo puede que termines siendo el héroe de tu propio cuento o un esclavo del mismo.

Lo que en realidad arruina la vida de las personas no es lo que ocurrió, es la manera como cada uno se cuenta su historia. 

De ahora en adelante deja de arruinar tu vida. Cada vez que sientas que alguna vivencia te pesa, cualquiera que sea y no sepas darle fin. Puede ser algún hábito, una actitud, rencor, intranquilidad, inseguridad e incluso alguna enfermedad. Tal vez un tema que te haga preguntarte ¿Qué sería de mí sin esta situación? Por favor deja de quejarte, de lamentarte y empieza a abrir tu campo de posibilidades.

Si has tenido problemas con  esto, te invito a tomarte unos minutos para hacer este pequeño ejercicio, se trata de una técnica de Programación  Neurolingüística llamada colapso de anclas del Dr. Edmund Velasco que es muy efectivo para destrabar las barreras de nuestro cerebro en tan solo unos minutos.

Lo primero que  debes hacer es determinar lo que quieres cambiar.

Luego vas a colocar 2 marcas en el suelo las cuales  llamaremos circunstancia A y circunstancia B. La primera será el estado actual y la segunda el deseado. Las  marcas pueden estar  a uno o dos metros de separación.

Posteriormente repite 3 veces en voz alta que esta es la última vez experimentas esta situación de deseas eliminar para siempre

Lo siguiente que harás es situarte encima de  la marca A (La del estado actual) presuponiendo  que será la última vez que entras en él y en forma  imaginaria obsérvate experimentando  ese tema que deseas cambiar, cuando lo hagas concentrándote en las sensaciones que tienes en ese momento, identifica donde se concentra tu energía cuando te sientes de ese modo y por un momento visualiza las imagines, colores, sonidos y sensaciones asociados a esa vivencia.

Una vez tengas nítida esta imagen da un paso atrás, esta vez ubicándote frente a la marca en el lado izquierdo. En  este punto Velasco recomienda eliminar un poco las emociones y sensaciones del estado en conflicto al mismo tiempo que  se relajan un poco los músculos del cuerpo. Puedes realizar algunos movimientos que te ayuden a liberar la tensión.
Desde este punto y mirándote desde afuera, obsérvate como si se tratase del alguien más cuando te encuentras en  esta situación de conflicto y pregúntate que recurso necesita activar esa persona para superar este evento indeseado, que ingredientes le hacen falta a esta persona para alcanzar el estado de excelencia que necesita.

Una  vez lo identifiques, por ejemplo calma, confianza, entusiasmo, perdón. Solo por nombrar algunos, te ubicas en el punto B.
Allí en el punto B debes visualizar un evento de tu pasado donde hayas utilizado este recurso que ya aplicaste en algún punto de tu vida y que a su  vez ahora necesitas (No necesariamente debe ser la misma circunstancia) Es decir, si el recurso que identificaste es calma por ejemplo, visualízate en esa situación de tu pasado donde experimentaste esa paz, seguridad, sosiego. Entregándote nuevamente a esta visualización con todos tus sentidos.

Por último sal de la marca del  lado derecho, sin perder las sensaciones de confianza y seguridad y vuelve a entrar a la marca del lado izquierdo, vuelves a cerrar los ojos y esta vez te vas a visualizar teniendo el estado inadecuado pero resolviéndolo con los recursos emocionales que recibiste de la experiencia anterior

Fuente: http://tuescuelasuperiordepnl.com

Si lo hiciste bien, lo que ocurrirá ahora es que tu cerebro asociará el problema con  la solución y por primera vez podrás comprender que esa respuesta, ese ingrediente secreto que necesitas para dejar ir ese peso, no es tan secreto. Dentro de ti habita todo lo que necesitas para avanzar.

Si pones suficiente atención notarás que esa cualidad que creías que te faltaba para resolver esa vieja carga ya la has utilizado antes en otras situaciones solo que esta experiencia en particular te tenía atrapado.  

Este método me sirvió de muchísima ayuda para  desechar mi basura mental y fue así que entendí de la última experiencia que me negaba a soltar que nuestra historia solo sirve para recordarnos las herramientas que tenemos dentro de nosotros para superar cualquier obstáculo, comprendí que no debe ser para pesarnos, bloquearnos o retenernos a alguna situación que nos disguste. Por el contrarío, puede servir para liberarnos, para entender que de nuestro pasado podemos encontrar los ingredientes que nos recuerdan lo capaces que somos, incluso  cuando no podamos verlo en ese momento debido a que en  cierto punto elegimos llevar cargas que usualmente ni siquiera nos pertenecían.

Entendí además que muchas veces nuestra historia no nos pertenece, porque puede servir para ayudar a otros, que todos podemos ser los héroes de nuestra vida si cuidamos el modo en que hablamos con nosotros mismos, que siempre somos libres y responsables de vivir al máximo nuestras potencialidades porque los bloqueos solo son  ilusiones de nuestra mente.

No dejemos  que el peso de nuestras historias nos impida ver nuevas posibilidades en el presente y mucho menos nos condene a repetirla. Siempre que te preguntes ¿qué seria sin esa historia? Es buen  momento para sacar de ella el ingrediente que abra el campo de tus verdaderas posibilidades.

¿Has logrado  soltar alguna historia de tu pasado? Cuéntanos tu experiencia, podrías ayudar a muchos

¿Te  ha gustado este artículo o crees que puede ayudar a alguien? Compártelo

Gracias, gracias, gracias!



Autor: Anier González
Equipo de Vive Genial



0 comentarios:

Publicar un comentario