Si te pido que me hables de
tu historia, tal vez te
preguntarías ¿Que parte de ella?
Todos tenemos diferentes
vivencias. Algunas las consideramos
agradables, otras desagradables y a veces también por diversos motivos
permitimos que afecten nuestras vidas definiendo nuestro pasado, presente y
futuro.
Como la chica que conocí que se negaba a tener pareja debido a las
infidelidades de sus padres, la persona que era incapaz de conseguir un buen
empleo debido a que su madre le repetía constantemente durante su crecimiento
que no era buena en nada, el hombre que se sentía constantemente rechazado
porque fue dado en adopción durante su nacimiento, la mujer que no podía
confiar en los hombres a causa de una decepción del pasado y terminaba siempre
en relaciones donde resultaba engañada o
la vez que yo misma terminé resintiendo mi salud por no soltar un evento traumático de mi vida.
Muchas veces no somos consientes
de cuanta energía dedicamos a fin de sostener ciertas historias con las que, por alguna razón decidimos cargar. Hablando
de ellas, quejándonos, tomando pretextos por ellas, sintiéndonos victimas, insistiendo en ocultarlas, intentando perdonándolas, cambiarlas
o superarlas.
Te quiero pedir que tomes
unos minutos para permitirte pensar en
cuales experiencias te resultan pesadas, algo que sientas que has cargado por
días, meses o años que pueda estar afectando tu vida presente, alguna
situación indeseada que se repite una y
otra vez, algún evento que de pronto te hace preguntarte ¿Qué sería de mí sin
esta historia? ¿Qué estaría haciendo si no hubiese sido maltratado? ¿Qué sería
de mí si no hubiese hecho esto o aquello? ¿Qué estaría haciendo si no hubiese
nacido en ciertas condiciones
económicas? ¿Cómo me sentiría si pudiese perdonar?
Todo aquello que nos bloquea e
impide que avancemos al lugar donde queremos estar puede estar relacionado con
una historia que no hemos soltado.
Si lo pensamos detenidamente nos
han enseñado que nuestra historia es lo que somos, nos han contado que nuestras
experiencias nos definen. Quedamos tanto tiempo invirtiendo energía en ellas,
que en ocasiones pasamos por alto nuestra responsabilidad y capacidad para
influir y en ese momento se hace presente el hecho de que nuestra vida no es lo
que hemos vivido, si no, el modo en que la contamos a los demás y a nosotros
mismos.
De hecho dos personas pueden
hallarse en la misma situación y aún así pueden relatar de forma diferente el
mismo acontecimiento. En definitiva, dependiendo del modo en que hables contigo
puede que termines siendo el héroe de tu propio cuento o un esclavo del mismo.
Lo que en realidad arruina la
vida de las personas no es lo que ocurrió, es la manera como cada uno se
cuenta su historia.
De ahora en adelante deja de arruinar tu vida. Cada vez que sientas que alguna
vivencia te pesa, cualquiera que sea y no sepas darle fin. Puede ser algún hábito, una actitud, rencor, intranquilidad, inseguridad e incluso alguna enfermedad. Tal vez un tema que te haga preguntarte ¿Qué sería de mí sin esta situación? Por
favor deja de quejarte, de lamentarte y empieza a abrir tu campo de
posibilidades.
Si has tenido problemas con esto, te invito a tomarte unos minutos para
hacer este pequeño ejercicio, se trata de una técnica de Programación Neurolingüística llamada colapso de anclas
del Dr. Edmund Velasco que es muy efectivo para destrabar las barreras de
nuestro cerebro en tan solo unos minutos.
Lo primero que debes hacer es determinar lo que quieres
cambiar.
Luego vas a colocar 2 marcas en
el suelo las cuales llamaremos circunstancia
A y circunstancia B. La primera será el estado actual y la segunda el deseado.
Las marcas pueden estar a uno o dos metros de separación.
Posteriormente repite 3 veces en
voz alta que esta es la última vez experimentas esta situación de deseas
eliminar para siempre
Lo siguiente que harás es
situarte encima de la marca A (La del
estado actual) presuponiendo que será la
última vez que entras en él y en forma
imaginaria obsérvate experimentando
ese tema que deseas cambiar, cuando lo hagas concentrándote en las
sensaciones que tienes en ese momento, identifica donde se concentra tu energía
cuando te sientes de ese modo y por un momento visualiza las imagines, colores,
sonidos y sensaciones asociados a esa vivencia.
Una vez tengas nítida esta imagen
da un paso atrás, esta vez ubicándote frente a la marca en el lado izquierdo. En este punto Velasco recomienda eliminar un
poco las emociones y sensaciones del estado en conflicto al mismo tiempo
que se relajan un poco los músculos del
cuerpo. Puedes realizar algunos movimientos que te ayuden a liberar la tensión.
Desde este punto y mirándote desde
afuera, obsérvate como si se tratase del alguien más cuando te encuentras
en esta situación de conflicto y pregúntate
que recurso necesita activar esa persona para superar este evento indeseado,
que ingredientes le hacen falta a esta persona para alcanzar el estado de
excelencia que necesita.
Una vez lo identifiques, por ejemplo calma,
confianza, entusiasmo, perdón. Solo por nombrar algunos, te ubicas en el punto
B.
Allí en el punto B debes
visualizar un evento de tu pasado donde hayas utilizado este recurso que ya
aplicaste en algún punto de tu vida y que a su vez ahora necesitas (No
necesariamente debe ser la misma circunstancia) Es decir, si el recurso que identificaste
es calma por ejemplo, visualízate en esa situación de tu pasado donde
experimentaste esa paz, seguridad, sosiego. Entregándote nuevamente a esta visualización
con todos tus sentidos.
Por último sal de la marca
del lado derecho, sin perder las sensaciones
de confianza y seguridad y vuelve a entrar a la marca del lado izquierdo,
vuelves a cerrar los ojos y esta vez te vas a visualizar teniendo el estado
inadecuado pero resolviéndolo con los recursos emocionales que recibiste de la
experiencia anterior
Fuente:
http://tuescuelasuperiordepnl.com
Si lo hiciste bien, lo que
ocurrirá ahora es que tu cerebro asociará el problema con la solución y por primera vez podrás comprender
que esa respuesta, ese ingrediente secreto que necesitas para dejar ir ese peso,
no es tan secreto. Dentro de ti habita todo lo que necesitas para avanzar.
Si pones suficiente atención
notarás que esa cualidad que creías que te faltaba para resolver esa vieja
carga ya la has utilizado antes en otras situaciones solo que esta experiencia
en particular te tenía atrapado.
Este método me sirvió de muchísima
ayuda para desechar mi basura mental y fue
así que entendí de la última experiencia que me negaba a soltar que nuestra
historia solo sirve para recordarnos las herramientas que tenemos dentro de
nosotros para superar cualquier obstáculo, comprendí que no debe ser para
pesarnos, bloquearnos o retenernos a alguna situación que nos disguste. Por
el contrarío, puede servir para liberarnos, para entender que de nuestro pasado
podemos encontrar los ingredientes que nos recuerdan lo capaces que somos,
incluso cuando no podamos verlo en ese
momento debido a que en cierto punto
elegimos llevar cargas que usualmente ni siquiera nos pertenecían.
Entendí además que muchas veces
nuestra historia no nos pertenece, porque puede servir para ayudar a otros, que
todos podemos ser los héroes de nuestra vida si cuidamos el modo en que
hablamos con nosotros mismos, que siempre somos libres y responsables de vivir
al máximo nuestras potencialidades porque los bloqueos solo son ilusiones de nuestra mente.
No dejemos que el peso de nuestras historias nos impida
ver nuevas posibilidades en el presente y mucho menos nos condene a repetirla. Siempre
que te preguntes ¿qué seria sin esa historia? Es buen momento para sacar de ella el ingrediente que
abra el campo de tus verdaderas posibilidades.
¿Has logrado soltar alguna historia de tu pasado?
Cuéntanos tu experiencia, podrías ayudar a muchos
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Gracias, gracias, gracias!
Autor: Anier González
Equipo de Vive Genial
Autor: Anier González
Equipo de Vive Genial
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