Hoy quiero hablarles sobre el componente emocional en
la comunicación. Si entendemos la relación entre las emociones y la comunicación
podemos tener vidas más felices al lograr comunicarnos en forma efectiva, ya
que podremos hacernos entender desde lo que queremos expresar.
Sabemos que no existe comunicación efectiva sin una
escucha efectiva. Recién cuando escuchamos convertimos las palabras en mensaje.
Si tu te encuentras leyendo este post y –sin importar lo cuidadosamente
elegidas que estén las palabras-si estás pensando en otra cosa y no estás
“escuchando”, el mensaje no penetrará en su mente.
Cuando algo realmente nos importa-o experimentamos
sentimientos hacia ello-prestamos más atención. Por tal motivo, si deseamos
realmente escuchar, debemos ir mas allá de la denominada “escucha activa” y
“comprometernos con una escucha emotiva”.
Toda comunicación tiene un componente emocional. Es
posible verlo observando a los demás y a nosotros mismos. Este componente
emocional puede modificar el significado de las palabras. Por ejemplo, cuando
discuten dos personas y alguien dice: “Si, claro, esta bien, tu eres el que
sabe”, todos escuchamos el significado de “si claro, tu eres el que sabe” en
ese momento. Aunque el hablante no pierda la compostura, todos sabemos que la
expresión anterior se opone a su significado original.
Pero para mi es importante entender que existe un
componente emocional en la comunicación, después de todo, en la mayoría de
nuestras conversaciones diarias tratamos arduamente en conseguir claridad y ser
creíbles. Pero es que creo que la claridad no depende únicamente de nuestro
raciocinio, sino que además puede ser obstaculizada por nuestras emociones.
En ocasiones, y creo que sobre todo las mujeres a las
que nos gusta mucho que nos adivinen lo que sentimos, comunicándonos podemos
dar un sentido diferente a lo que en realidad queremos decir. Por ejemplo,
podría pasar esto en una conversación normal de pareja de esposos: Es día de
los enamorados y la mujer “pensó” que van a salir a cenar fuera de casa o a
hacer cualquier otra cosa. Por su parte, el hombre, que está cansado, compra una
botella de vino y decide quedarse en casa en un ambiente mas intimo. A la mujer
no le gusta el plan e internamente está contrariada. Y podemos ver que podría
sostenerse una conversación como esta:
¿Estas enojada? Pregunta el esposo
No, responde la esposa
Al ver que la pareja no tiene buena cara, el esposo
vuelve a preguntar: ¿Seguro no estás enojada? Es que me parece que estás
enojada, comenta el esposo.
La esposa vuelve a contestar:¡te dije que no!
La pregunta es: ¿estamos frente a un mal entendido?
Lo que sabemos es que la mujer si está enojada pero no
quiere crear un conflicto. El esposo busca aclarar la situación pero no obtiene
mucho de la esposa. El esposo queda confundido y se perdió la claridad en la
comunicación. Es por esto que lo más importante es ser claros en nuestros
sentimientos y asegurar que aquello que digamos no contradiga nuestras
emociones. Alinear los pensamientos con los sentimientos-y luego con palabras-
es síntoma de claridad emocional.
Solemos ser muy imprecisos en nuestras comunicaciones.
Pero estas imprecisiones no se resuelven únicamente exigiendo claridad en el
razonamiento, o escogiendo con cuidado las palabras. Además es importante
escuchar las emociones involucradas en cada situación. Si ignoramos los
sentimientos, perderemos valiosa información.
Si entendemos que hay emoción en nuestras
conversaciones, aprenderemos a comprender mejor a los demás y ser más claros en
nuestros mensajes.
Si nos comunicamos claramente atendiendo nuestra
emocionalidad y la del oyente, tendremos
relaciones más satisfactorias y definitivamente hará que seamos mas felices y tener una vida genial!.
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gusto te responderemos.