Después de analizar mis charlas
con Dios no puedo más que concluir, que
él es definitivamente un rebelde.
¿Cómo puedo pensar esto? ¡Dios! un rebelde
¡Pues si! Y te cuento porqué
Vivimos en un
mundo donde la falta de amor es casi una tendencia. De hecho es como si el cosmos te obligara a
perpetuar ese patrón sucedido por nuestros antepasados.
Desde la historia infinita, el hombre ha vivido atrapado entre prejuicios,
siendo capaces de llegar a consumar hechos que hasta el sol de hoy, son
precisamente el ejemplo de aquello que queremos evitar. Las cruzadas
religiosas, las guerras, terrorismo y la violencia que vivimos día a día, son
tan solo algunos ejemplos.
Vivimos en una era donde lo
diferente no siempre es bien aceptado,
donde en uso de la religión y mal utilizando el nombre de Dios se han cometido
tantos crímenes, un lugar en el cual si dices tú verdad puedes ser duramente
criticado, señalado e incluso asesinado, donde te premian por ser sumiso y
seguir la corriente y llevar la
contraria es un acto de rebeldía y está mal visto.
Hemos sido educados para vivir en esta sociedad, entrenados para
crecer, trabajar durante horas, casarnos, reproducirnos y vivir vidas vestidas de conformismo. Pero eso si “Vidas
seguras”
Incluso en la escuela éramos
castigados y obligados a reforzar aquello que hacíamos mal en lugar de buscar potenciar nuestras
habilidades innatas. Aprendimos que podíamos
ser reprendidos por nuestras
diferencias, en lugar de terminar amando aquello en lo que éramos buenos. Muchos terminamos
olvidando nuestra misión y dedicando una cantidad de tiempo en tratar de ser
medio buenos en lo que la sociedad esperaba.
¿Se imaginan que Dios hubiese dejado
de ser Dios por ser ingeniero?
¿Se imaginan a Dios así?
¿Sería Jesús Cristo la persona
más influyente de la historia si hubiese
ocultado quien era por temor a ser ejecutado en una cruz? ¿Hubiese él pasado
a la historia si hubiese decidido ser
uno más del montón? Incluso, cuando
muchos mostraban sus juicios contra aquella famosa mujer adultera, él fue
el único en ir contra la corriente y
decir la verdad. “El que esté libre de pecado que lance la primera piedra”
¿Cuántas veces has dejado de
decir tu verdad por temor a que el mundo no esté listo para escucharla? ¿Cuántas veces te has quejado de tu rutinaria vida por
complacer a otros? Veo tantas personas tratando de descubrir quienes son y les
digo, nunca dejen de hacerlo, dejen de
sentirse estúpidos por no pensar como el resto, por tener habilidades
distintas, por no ser como los demás esperan que sean y continúen la búsqueda de si mismos, atrévanse a sacar a flote su Dios interior.
Dios nada tiene de sumiso, en mis
conversaciones con el me invita constantemente a ser valiente, a tener mi
propia voz, a tener mi propia opinión de las cosas, a no permitir falta de amor, me
convida a pararme firme frente a las adversidades y hasta me hace cumplidos y
da golpecitos en el hombro cuando hago un buen trabajo. También me invita
constantemente a obrar bien, cualquier otra voz, aunque siendo humana a veces
también escuche, sé que no viene de él.
Dios no puede tener mentalidad
cerrada, si fuese así no existiría el
libre albedrío, Dios no podría quitarle
la vida a nadie, el no es como nosotros, el da la vida. Dios no te
criticaría por no creer en él, porque sencillamente sabe quién es ¿Ustedes creen que él se sentiría dolido si
alguien le dice que no tiene poder? ¿Para
qué? Si lo es todo ¿Creen que
envidiaría a otros? ¿Qué rechazaría a alguien? En fin, Dios no
es como la mayoría. Viéndolo desde un punto de vista terrenal ¡EL ES REBELDE!
Pero su espíritu vive en todos, por lo tanto también esa característica
se encuentra en dentro de cada uno. Si no me crees pon atención a las dos voces
dentro de ti.
Veo mucho más de Dios en personas
que afirman no creer en él, pero tienen una mentalidad abierta, felicidad en
su corazón, compasión, ganas de ayudar
al prójimo que en otras que usando el nombre de Dios rechazan todo lo que no
son capaces de entender, que aquellos que sintiéndose dueños de la verdad se
sienten superiores o separados del resto, de quienes en nombre de la religión
se escudan para sacar lo peor de
sí. La buena noticia es que está en
todos el dejar de seguir la corriente, podemos elegir ser rebeldes, ser
diferentes! Empezar a dejar de ser como hemos aprendido y ser más como lo que
somos. Dejar de criticar, odiar, rechazar, de tener miedo, dejar de permitir que otros determinen
nuestra valía e incluso nuestro futuro.
Ser plenamente felices, vivir sin
reparos, reproches, dolor, rechazo, rencor y otras emociones “negativas” es un
acto de rebeldía en estos días. Requiere mucha consciencia tener
presente que nacimos libres, para entender que todo es permitido pero no todo
conviene, para diferenciar lo que somos de lo que nos han dicho, para despertar.
Ser rebelde es bueno!
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Saludos y bendiciones para todos
Autor: Anier González
Equipo de Vive Genial
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